Kiev, la primera sede en Europa del este que acogió la final de la Uefa Champions League, los protagonistas fueron Real Madrid contra el Liverpool , el actual campeón, el conjunto español en la búsqueda de entrar en los anales de la historia siendo el primer equipo en conseguir tres Champions consecutivas y el tercero en la historia de la Copa de Europa.

Las expectativas carcomieron en la semana previa a todos los aficionados pero el momento llegó y la juventud que representó a un Liverpool comandado por el faraón Mohamed Salah, pretendiendo hacer frente a un club que lleva el peso del mundo en sus pies.

El partido inició como lo planeado, un Liverpool volcado presionando en la primera línea del equipo de Zidane, complicando la salida del conjunto merengue. Mohamed Salah teniendo participación en la recuperación del balón dificultando las labores de Toni Kroos, Casemiro y Modric. Los primeros minutos resultaron de buena manera para los ingleses, varios acercamientos al arco rival pero sin nada en concreto.

Para los blancos y el local administrativo no vieron manera alguna, varios pases errados complicaron a la saga comandada por Sergio Ramos aunque un contragolpe y buenas retenciones de balón de Karim Benzema provocaron que Cristiano tuviera la primera del partido que culminó con el balón arriba del la puerta de Karius.

Minutos más tarde, Liverpool tuvo la oportunidad más clara del partido pero Keylor Navas evitó que los “Reds” abrieran el marcador. Aunque lo más trascendente del primer tiempo no fueron las acciones de gol ni el partido a cuestas, fue la lesión de Mohamed Salah que tras un forcejeo con Serigo Ramos cayó con el español y lamentablemente su hombro salió lastimado, a pesar de los intentos por continuar, el egipcio se tiró en el césped y pidió el cambio, entre lágrimas y una ovación partió hacia el vestidor.

Minutos más tarde lo mismo sucedió con el jugador Dani Carvajal que tampoco pudo continuar en el partido. Con el ingreso de Lallana y Nacho los entrenadores quemaron su primer cambio, y así, culminó el primer tiempo.

En la segunda parte el guión apuntó para ser diferente, con la ausencia de Salah, el Liverpool tendría que reaccionar pero en el minuto 50´, Karim Benzema aprovechó un rotundo error de Karius para abrir el marcador 1-0. Tiempo después en un tiro de esquina Sadio Mané, el mejor jugador del los “Reds” al momento empató el partido.

La gran final continuó como de costumbre, trabada, sin embargo ya el conjunto merengue ejercía mayor presión sobre el rival; Zidane modificó el esquema de su equipo con la salida de Isco y la entrada de Gareth Bale, el galés no tardó mucho tiempo en hacerse presente, ya que en un centro de Marcelo, el oriundo de Cardiff se elevó y con una implacable chilena mandó el esférico al ángulo haciendo uno de los goles más bonitos en la historia de las finales.

Gareth Bale jugador del Real Madrid Daily Express

Con el marcador a favor, los dirigidos por Klopp buscaron una manera de regresar al partido, lo más cerca que estuvieron fue un poste del senegalés, Mané. A tan sólo un minuto de culminar el encuentro nuevamente un disparo potente de Gareth Bale y otra falla inverosímil de Karius aumentó el marcador a favor de los blancos, poniendo el 3-1 y ahora mostrando una contundente victoria.

El arbitro pitó el final del encuentro, el Real Madrid consiguió su Champions número 13 en la historia, ningún otro equipo lo ha logrado, además la tercera consecutiva, otra proeza que ningún equipo en la historia de la Uefa Champions League ha podido lograr. Zinedine Zidane se convirtió en el entrenador en conseguir tres Champions en menos de tres años.

Un Futuro incierto

Lo logrado hasta el momento no tiene precedentes, una generación virtuosa que posiblemente esté llegando a su fin, muchos han hablado de salidas, claro es algo normal a estas alturas de la temporada, pero queda decir que hay que disfrutar y más adelante se hablará de lo que se tenga que hablar.