Club América iba por tres y recibió dos

El futbol es raro, muy raro y engañoso también. A mitad de semana un marcador que llamó mucho la atención fue la goleada que recibiera el Club América allá en Torreón y que fue similar a la que ocho días antes, los de Coapa le habrían propinado a Pumas. Se acabó la pólvora para los de Miguel Herrera, no, no creemos en ello, simplemente Pumas no fue rival para América situación que lo dejo en cómoda posición para golearlo, mientras que Santos exhibió lo que América había venido mostrando a lo largo del torneo, una irregularidad en su futbol, un futbol que tras 17 partidos no acabó de convencer a sus seguidores. El plantel americanista falló, así se puede resumir la temporada, jugadores de calidad que no respondieron, contrataciones que no rindieron y oportunidades que no se aprovecharon.

Hoy América se queda en semifinal con un marcador poco grato en su casillero, habrá que esperar la próxima temporada cuál será el nuevo esquema de un equipo que es grande, pero que al momento le está costando trabajo demostrarlo. Eran tres goles los que necesitaba América al minuto 25 había logrado dos, en la cancha y reloj, no se veía difícil que logrará la remontada y es al 40 del primer tiempo que Santos en una descolgada y mala marcación americanista, logra inyectar ánimo, esperanza y confianza tras anidar el balón en la red de Marchesin. Gol, que dejó al América en la lona, lo aniquiló emocionalmente, un segundo tiempo que domino el equipo visitante, se vio a un América desequilibrado, sin orden, sin deseos, les pego y peso ese gol, la motivación que tuvieron durante los primeros 30 minutos había desaparecido, recibían un segundo tanto que prácticamente los dejaba fuera. Iban por tres y recibieron dos, de los anotados, ni decir nada, no valieron, no alcanzaron. En otro orden de ideas, está final entre Toluca y Santos se distingue por tener a dos directores técnicos sin experiencia, jóvenes que recibieron la confianza del club para dirigir a dos equipos con trayectoria y han respondido, han sabido inyectar esa mística, confianza y compromiso para asumir el reto de estar en la fiesta grande. Hoy vemos con optimismo que las cosas cuando se planean y elaboran con humildad, sencillez y trabajo, los resultados llegan.