Los octavos de final de Rusia 2018 habría el telón con una puesta en escena espectacular, la Argentina de Messi se enfrentaba a una Francia muy poderosa y con un Mbappé que hoy, a sus 19 años de edad, marcó diferencia frente a una selección de abolengo como lo es Argentina y ante una figura tan grande como el mismo Maradona… Messi.
La tarde para los herederos de Zidane fue casi perfecta, pues derrocharon elegancia y latigazos certeros durante todo el partido además de contar con Mbappé quien se convirtió en el primer jugador sub 20 en la historia de los mundiales en marcar un doblete y provocar un penal (directo al ego de Pelé), pues al 12´Griezmann desde el manchón penal hizo el primer gol un gol que bajo la intensidad de Francia que a pesar de no renunciar al gol, si le cedieron el balón a los argentinos que del botín de Di Maria encontrarían la anotación del empate al 41´(Di Maria festejo ese gol como si hubiera sido en la final del mundial y de forma un poco vulgar). Ya en el segundo tiempo los de Sampaoli se fueron al ataque con más fuerza que inteligencia y fue un tiro de Messi que fue desviado por Mercado lo que puso en ventaja a la dos veces campeona del mundo.
Francia (casi) siempre inteligente tomo la posesión del balón y poco a poco empezó a construir su juego, por las bandas y las descolgadas a gran velocidad pudieron tejer un pase retrasado que Pavard al 58´remató a lo Roberto Carlos y puso el primer clavo en el ataúd albiceleste que empezó a recurrir a la violencia para detener a los franceses, pero pocas veces los alcanzaron pues al 64´la consagración de Mbappé tomo forma al anotar el tercero luego de un pique dentro del area rival que sacudió las redes de Armani. Después al 68´un pase de Umtiti a Mbappé liquido a una defensa argentina completamente estéril. Así los minutos se diluyeron mientras Francia volvía a ceder el balón y Argentina de un pase de Messi que el “Kun” remató al 93´pero debido a la poca inteligencia de su equipo el resto del tiempo se consumió en faltas y reclamos que terminaron por eliminarlos.
El marcador indicó un 4-3 pero las sensaciones del juego bien pueden decretar un 5-2 con una albiceleste impotente y sin inspiración pues Messi no tiene aliados, Messi no se encuentra en la cancha sus ojos están fastidiados, hartos pero no vivos Messi se vuelve un jugador sobresaliente con su selección pero no es el mejor jugador del mundo mientras que sus compañeros se ven inoperantes y recurren al orgullo y la pasión por la camiseta; el mejor exponente de esto fue Di Maria quien siempre ha sido el motor de sus equipos pero en la última etapa se ha ido diluyendo junto con su selección, un Argentina hundida por la directiva, los jugadores, la soberbia, la “messidependencia” y sobre todo la incapacidad de funcionar como un equipo y no como “estrellitas”
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