El tema de la fiesta que protagonizaron los jugadores de la selección mexicana de futbol tras su partido contra Escocia y que se llevó a cabo en una residencia de la Ciudad de México, generó un gran alboroto en redes sociales, que le costó cara la imagen a Héctor Herrera, ya que abandonó la concentración en Dinamarca para viajar por motivos familiares a Portugal que según voces, era el motivo calmar los ánimos que generó en su familia, esa emotiva reunión de despedida en la capital del país.

Para los federativos no había delito que perseguir, era su día libre y podían hacer lo que quisieran, pero que me disculpen los de pantalón largo, ellos representan a un país, son seleccionados para ir a competir a una justa mundial y desde el  momento en que su nombre es público, ellos tienen que adoptar formalidades públicas y privadas, sea en su día libre o de trabajo. Aquí no vamos a venir a dorarle la píldora al lector o aficionado, aquí se trata de estar con la cabeza fría y los pies bien puestos en la tierra para observar y sancionar acciones que demeriten la imagen de un representativo nacional.

Del técnico no hemos escuchado con claridad una postura al respecto, se dice que hubo jalón de orejas, pero no basta eso, este tipo de reuniones no es la primera vez que suceden en la Selección Nacional, no sé ahí quien mande realmente al grupo, no sé qué tanta influencia en el grupo tenga Márquez, tal y como justificaron su inclusión en la lista  meramente patrocinio, por el dinero que deja a la verde. Aquí hay un acto de indisciplina que daña la imagen de un grupo, que si bien no está consolidado en futbol, si lo está para la fiesta. En eso falla también Osorio, en el terreno no los ha unido, pero para la trasnochada no hay alineación que valga.

De esa manera nuestros seleccionados ya se encuentran en Rusia, perdieron debidamente su duelo ante los daneses, sale Chicharito a justificar más la fiesta, pero para decirle no me ayudes compadre, ahora resulta que fue por su cumpleaños, por favor, Javier Hernández que no trate de darle atole con el dedo al aficionado, mucho menos al analista deportivo, si hubiese sido eso, se hubiesen ahorrado el día libre, pues de esa manera los ratones verdes ya están en Rusia , preparándose para ver si soportan pasar el tercer partido y en este momento ni hablar de un quinto encuentro, con ese tipo de actividades y declaraciones extra futbolísticas, a nadie debería interesar lo que hagan o no hagan en la cancha.

Muchas veces uno no necesita entender porque tras cruzar el charco, el profesionalismo es otro, hay errores sí, pero son los menos o los tratan de diferente manera. Mientras aquí en México, seguimos siendo los mismos. Y la fiesta comenzó.