El Mundial de Rusia 2018 sigue su curso y hasta el momento nos ha dejado un grato sabor de boca con varias cosas para recordar: Grandes partidos, fantásticos goles, enormes sorpresas y hasta uno que otro aporte a la astrología. Por ejemplo, esta copa del mundo nos ha comprobado la existencia de las estrellas solitarias.
Dichos astros son esos seres con luz propia que dan la impresión de poder iluminar sitios donde abunda la oscuridad y hay muy poca claridad, aparecen muy de vez en cuando y las personas que llegan a ver alguno se consideran afortunadas. No obstante, dichos seres necesitan de otros cuerpos celestes que los ayuden a brillar de mejor forma y puedan permanecer en la memoria de las personas para no convertirse en algo fugaz.
Cada cuatro años el público es testigo de dicho fenómeno y en Rusia no ha sido la excepción, grandes astros llegaron a tierras soviéticas con la promesa de brillar y asombrar a más de uno, sin embargo, para mala fortuna, varios de estos seres luminosos se han apagado de forma prematura.
Uno de los más grandes ejemplos de dichas estrellas solitarias es la del egipcio Mohamed Salah, que a pesar de ser uno de los seres más brillantes en Inglaterra no tuvo el acompañamiento que necesitaba para iluminar a todo Egipto. Prueba de ello es que en los dos juegos en que participó, Salah anotó dos goles y fue el único hombre que pudo hacer las anotaciones por su equipo.

Otro de los seres que se esperaba pudiera brillar en tierras soviéticas era el polaco Robert Lewandowski, una de las estrellas más resplandecientes de Alemania, el cual se vio absorbido por el mal funcionamiento de sus compañeros, equiparable a un agujero negro. Ante tal situación, Lewandowski pasó de noche en lo que se suponía debía de ser su actuación más brillante.
Uno de los casos más extraordinarios es el del ser denominado como CR7 de Portugal, un astro que conforme pasan los años va intensificando su luz en lugar de apagarla y al cual muchos catalogan como el mejor cuerpo astral de la actualidad. No obstante, hasta esta estrella llega a tener problemas para iluminar el camino debido a las luces tan débiles que lo acompañan.

Pero quizás ninguna estrella se compara con el astro argentino Lionel Messi, que partido a partido debe demostrar que es el ser más luminoso del firmamento, y el cual está obligado a brillar siempre aún cuando las otras luces se hayan apagado. Y es que aunque su luz es mucha, en la gran mayoría de las ocasiones esta no alcanza para mostrar el camino a los otros seres que lo acompañan, pero eso poco les importa a los “expertos”.

Así, Rusia 2018 se suponía que debía de ser una lluvia de estrellas, lamentablemente, nos hemos topado con varias estrellas solitarias que no han podido brillar con luz propia.