El Mundial de Rusia 2018 dio inicio con una contundente victoria de los anfitriones por marcador de 5-0 sobre la selección de Arabia Saudita, situación que de inmediato desató una serie de comentarios que decían: “Si con 32 equipos tenemos este tipo de partidos, imagínense cuando sean 48”. Frases demasiado ofensivas y hasta cierto punto injustas con este tipo de selecciones, pues una de las grandes bellezas del futbol es que es incluyente.
Es hasta cierto punto entendible y comprensible la “molestia” de algunos aficionados que buscan espectáculo desde el primer día del Mundial, sin embargo, también es injusto cuando ningún torneo en el mundo, incluyendo Liga MX, Liga española, Liga Premier, Copa Libertadores e incluso UEFA Champions League, nos ofrecen partidos de primer nivel desde la jornada uno. Por todos es sabido que los certámenes siempre van de menos a más y que el verdadero espectáculo se da hasta instancias definitivas.
El hecho de tener menos equipos en las Copas del Mundo puede elevar el espectáculo, pero también nos priva de ver quizás alguna sorpresa como las ocurridas en la pasada Eurocopa de Francia, en donde escuadras como Islandia o Gales dieron la nota en todo el mundo al ofrecer dignas actuaciones. Asimismo, nada se compara con ver las reacciones de los aficionados al saber que por primera ocasión su selección podrá participar en una Copa del Mundo.
Y es que una de las grandes bellezas de este deporte es que, como ya se mencionó, es bastante incluyente, debido a que, entre otras cosas, puede practicarse en cualquier parte del mundo. Por ello, la idea de tener a tantos participantes en un Mundial no luce tan disparatada, pues le daría la oportunidad tanto a aficionados como a jugadores de estar ante los mejores del mundo, algo que sin duda para muchos sólo es un sueño.
Con base en lo anterior podemos asegurar desde este momento que Rusia 2018 es y será una Copa del Mundo histórica, no sólo por las grandes ausencias que hay (saludos a Italia, Holanda, Chile y Estados Unidos), sino por los equipos que se dieron cita por primera ocasión (Islandia y Panamá) y por aquellos que regresaron después de un largo tiempo de ausencia (Perú y Egipto). Al final muchos de ellos saben de sus limitaciones, pero el ser parte de esta fiesta es algo que nadie les quitará.
Muy probablemente la verdadera razón por la cual la FIFA haya pensado en esta medida de los 48 equipos es para obtener mayores ingresos (como si no tuvieran ya suficiente dinero) y no tanto en ser incluyente, ni mucho menos para beneficio del espectáculo. No obstante, detrás de lo que a todas luces parece una decisión avariciosa, se puede percibir una pequeña luz de esperanza en la que se nos recuerda que todos tienen derecho a jugar futbol.