Pocos equipos logran, en el fútbol moderno, instalarse y dominar partidos decisivos que los lleven un paso más cerca de la gloria, aquella que todos desean pero que ningún otro equipo (de fútbol por lo menos) ha podido hacerse de un lugar tan solido en el éxito como el Real Madrid que hoy ante otro de los grandes del fútbol mundial ha demostrado que la camiseta blanca pesa más que cualquier otra en el mundo. Pues aunque en está champions no han jugado de forma espectacular el ADN madridista, aquel labrado por Di Stefano, Garrincha, Hugo Sanchez, Gento, Santiago Bernabeú, Butrageño, Casillas, Ronaldo, Raúl y muchos otros se ha impregnado en cada uno de los que componen hoy en día la estructura completa del equipo Español. Quienes en el torneo más importante del orbe han puesto su bandera en todo lo alto al llegar a su tercera final consecutiva y la cuarta en cinco años ganando tres en total.
El Bayern Munich salió al terreno de juego con la jerarquía que ya le conocemos, Los de Jupp Heynckes al igual que la “Vecchia Signora” buscaron el gol desde el primer minuto el cual consiguieron vía Kimmich quien alzo los brazos en señal de guerra pues aún les faltaba otro gol para ir rumbo a Kiev.
Uno como espectador siempre observa los partidos y busca predecir lo que sucederá, con base a lo ocurrido frente a la Juventus se intuía que el Madrid buscaría un contra golpe mientras se ordenaba bien a la defensa, pero el Real Madrid en estas instancias no suele titubear así que cogieron el balón y gracias al “Gato” Benzema marcaron un gol que para el marcador no significaba muchos pero para los “Bavaros” fue un golpe a la moral, cabe recordar que los alemanes no ganan en Madrid desde el 1 de Mayo del 2001 y que con el gol de Benzema hoy se veían obligados a lograrlo…. o no.
La mano del corcovado
Corría el minuto 44 del primer tiempo sino mal recuerdo James desbordo por la banda derecha y mandó un centro que el Marcelo intento bloquear, cosa que logró pero con su mano izquierda la cual iba despegado de su cuerpo y que daría motivos suficientes para marcar un penal pues el jugador estaba dentro del area pero el silbante no hizo sonar su ocarina –leer con voz del Perro Bermudez–lo que desato el reclamo de toda Alemania pues la mano fue evidente pero, ¿Intencional? nunca lo sabremos.
Was machst du? traducción: ¡¿Qué haces?!
El segundo tiempo arranco con la motivación de Alanís, perdón, de Hummels a su equipo mientras el balón se ponía en juego y la presión de los “merengues” era medianamente intensa y el arquero Ulreich recibió un pase que no supo encarar dejando pasar el balón de forma dramática o penosa, usted dirá, para que una vez más Benzema festejara no sólo un gol que ponía en aprietos al rival sino un posible pase a la final de la Champions, mientras Ulreich se mantenía sereno –al fin aleman– buscando una explicación a semejante estupidez.
Traigan otro portero… porque éste es muy bueno.
La prensa, la afición y me atrevo a decir que hasta alguno de sus compañeros han menospreciado a Keylor Navas, un arquero que ha demostrado ser uno de los mejores del mundo desde que se hizo con la titularidad, un arquero que en los momentos importantes no falla, un jugador vital en este madrid pues no aspiras a un tricampeonato de Champions sin un portero como Keylor que hoy recibió diez disparos al arco, contuvo ocho y sacó tres que tenían sello de gol. El “madridismo” debería de cuestionar la floja temporada del equipo en liga y en copa así como los últimos partidos de champions en donde han dependido de su portero y errores arbitrales para sacar el barco a flote, antes de de cuestionar a uno de los mejores jugadores, sino es que el mejor, que tienen en la plantilla.
La verdad sea dicha, este Real Madrid es de época pues son un equipo que saben a lo que juega aunque su juego no es ni el más brillante ni mucho menos el mejor, pero tienen los pantalones para aguantar la presión y para anotar en los momentos clave del partido además de contar con la experiencia de estar metidos en estas instancias constantemente; ochos semifinales seguidas más cuatro finales en cinco años con tres campeonatos… ni el Barcelona de Guardiola.