Los que no lo querían, que eran muchos, sabían llamarlo “Tortuga”. Nunca fue una de sus características destacadas la velocidad física. Sí lo fueron la velocidad mental, la claridad conceptual, la capacidad para cambiar el ritmo de la jugada con un pase recto tipo puñalada, que desacomoda a todo el equipo rival.

Y sí, Riquelme es un lento, porque ve las cosas lento, porque él no estaba para correr si no para hacer correr, porque hasta los goles que hace son lentos y ojalá empezarán a haber más jugadores lentos como “El Último Diez”.

Porque no hace falta ser veloz con los pies para ser el mejor de tu equipo, todo es cuestión de serlo con la cabeza.

¡Gracias por tanto, Román!